“Hablo como individuo, no me
confundan con otro ente”
Se acordará
el lector, que en el documento “Breves apuntes de cuatro días en Annobón”, avanzaba
que abriría el abanico del encuentro de “sensibilización” a la juventud
annobonesa sobre el mal del alcoholismo, efectuado por la delegación de la
Comisión de Seguimiento de PDEG de Annobón el pasado 12 de junio. En las líneas
sucesivas, intentaré explayar sólo un poco.
La
imprudencia cometida por la comisión ha sido las figuras que subieron a la
mesa. La misma estaba precedida por la Presidenta de la Comisión de Seguimiento
de PDGE de Annobón, acompañada de otras dos personas que invitan a reflexionar
mucho sobre hacía dónde van las cosas. Se trata del reverendo Pedro Ncogo Eyí,
y uno de los hijos del desaparecido Hilario Sisa Torres, de sobrenombre Apre, o
sea, Apreciado.
De la primera personalidad, la Presidenta de la
Comisión de Seguimiento del PDEG de Annobón, en la persona de Adoración Salas
Chonco, esa mujer carece de autoridad moral para ponerse enfrente de la
juventud annobonesa para darle lecciones sobre el mal del alcoholismo, sabiendo
que el único negocio que tiene en la isla, es la venta de bebidas alcohólicas. Y
el bar más famoso de toda la ciudad, BAR OLÉBÔJÔ MENEMEN (Bar Labios Dulces) es
de su propiedad; donde acude toda clase de persona para adquirir y consumir
alcohol. ¿Qué autoridad moral puede tener una persona de este género para sensibilizar
a la juventud sobre el alcoholismo? ¡Qué cinismo más cruel!
Respecto al segundo personaje, el reverendo Pedro
Ncogo Eyí, podemos señalar algunos de sus atropellos al pueblo annobonés. Conviene
decirle al reverendo que deje de entrometerse en los asuntos que no le competen;
le vale saber que sus feligreses están más que hartos con sus intromisiones,
tanto en sus vidas privadas como social. El reverendo Ncogo Eyí, ya tuvo que vilipendiar
la sensibilidad de todo el pueblo annobonés en noviembre del año pasado en su
intervención ante la cámara de la Televisión Nacional, profiriendo agravios y
deshonras al annobonés; al igual que la memoria del doctor Anselmo Aguilar Wel.
Decirle al desalmado “ministro de Dios” Ncogo Eyí, que deje de actuar con la
misma vera que emplearon los Claretianos contra la población. Annobón no
necesita en sacerdote gancho, un supuesto “ministro de Dios” que después de
oficiar la misa, pasa a preguntar a los acaudalados cuántos y qué color de billetes
han ofrendado, o tenga que preguntar a algunos de sus feligreses si en Annobón
ya no existe Diputados, Ministros, Directos Generales o afines, porque los afectado ya no ofrendan
impresionantes montos de dineros a la iglesia que dirige.
Al Sr. Ncogo Eyí, cada vez que alguna institución haya
intentado donar a la gente annobonesa alguna limosna, perversamente ha
insistido siempre: “Annobón no tiene necesidad de nada”. Si no quiere Sr. Ncogo
Eyí que ninguna entidad no gubernamental arrimara el hombro a la relegada
población, ¿por qué no deja de ir a limosnear ante los opulentos isleños para
mediar en sus apuros personales?
Los antecedentes del reverendo Ncogo Eyí en Annobón
son tantos que estas páginas no cabrían todo. Pero me molesto en enviarle un
consejillo, que se dedique exclusivamente a su servicio eclesiástico, y no siga
involucrándose en los asuntos políticos y sociales de Annobón; y si es político,
que lo declare públicamente sin tapujo, y deje de encubrirse bajo la sotana.
¿Puede el reverendo claretiano Ncogo Eyí decir a su feligresía
qué hizo con el dinero adquirido con la venta de los terrenos que los vendió? Me
referimos a “Matú Pádjil”, la información que manejoo es que no lo invirtió en
ninguna obra de la iglesia en Annobón, tampoco entraron en la caja grande de su
congregación.
Respecto al joven abogado Sisa Dueso, mucho no puedo
decir, es bien claro que es la pieza de recambio. Participar en la mesa “Sensibilizadora”,
se entiende perfectamente que está en la banda precalentándose para entrar al
campo. Lo grave, es la muy mala elección de “Entrenadora”. Le aconsejaría que no
estigmatice su formación ni personalidad, metiéndose en una salsa pútrida, tampoco,
empiece a mancillarse, que ejerza su profesión dignamente como hacen otros.
Decir a los miembros de la comisión que idearon el “Teatro”
que sean más humanos que cínicos monstruosos.
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