En más de una ocasión hemos oído por los
medios oficiales, cómo los políticos y profesionales de la prensa nacional
atribuyen el título de “ciudad histórica” de Guinea Ecuatorial a la ciudad de
Bata. Puede parecer sardónico, pero pensamos que es calculado, y con una única finalidad,
cual es, desdeñar la memoria histórica. Esta intencionalidad procura a toda
costa, ahogar la positividad histórica. Nuestra
conjetura surge tras un minucioso análisis sobre algunos datos que afectan a nuestra
historia, y llegamos a la conclusión de que, es una práctica que se venía
registrando desde la colonia hasta nuestros días. Cada vez que se alude un tema
categóricamente propicio y que el mismo afecta directamente al único territorio
de Guinea Ecuatorial enclavado en el hemisferio austral; la obsesión ha sido y
es siempre, faltar a la realidad de los acontecimientos.
Cuadro de entre los años 1599-1601, los holandeses
incendian la ciudad de Palea por la resistencia
de los annoboneses en el intento de los neerlandeses
por ocupar la isla.
Cuadro de entre los años 1599-1601, los holandeses
incendian la ciudad de Palea por la resistencia
de los annoboneses en el intento de los neerlandeses
por ocupar la isla.
Contrastando
con rigurosidad, franqueza y legitimidad merecida a los archivos coloniales, hallamos
testimonios que corroboran que la ciudad más antigua de nuestro país no es Malabo,
a pesar de haber sido fundada en 1827 por
el capitán británico Fitz William Owen con el nombre de Port Clarence o
Clarence City, localidad que los naturales de la isla de Bioko, los bubis, llamaron
Ripotó (“Lugar de los extranjeros”); ni mucho menos la ciudad de Bata, que
si no nos equivocamos, se empieza a hablar de ella cuando los españoles se establecen en Guinea, a finales del siglo XIX.
Algunas teorías sostienen que “la ciudad
fue fundada por los españoles hacia 1.800 sobre una aldea Ndowé”; las
mismas fuentes aseveran que: “en 1907 Bata era un diminuto puesto militar
y que contaba con algo más de 237 habitantes”. Sin embargo, la ciudad de
Palea, sí ya existía desde hacía algo más de 400 años, o sea, desde el siglo
XV. Antes de la fundación de las dos principales ciudades de la actual
República de Guinea Ecuatorial, Palea (San Antonio), era ya una ciudad casi
urbanizada por los mismos naturales. Prueba de ello, cuando llegan los
españoles a las islas africanas cedidas por Portugal (Fernando Poo y Annobón) en
1778 la única que hallaron que había una sólida organización política, social y
económico fue el que llamaron el principal pueblo (ciudad) de la isla de
Annobón, Palea con algo más de 1.500 habitantes. Esto significa que la ciudad
más antigua de Guinea Ecuatorial sería Palea. Obviamente es axiomática por las significativas
reseñas.
El
arduo cometido que nos atañe hoy, es enmendar nuestra historia, rellenarla con acato
y consideración los acontecimientos que en su momento, los que nos enseñaron a
leer y a escribir, no las recogieron certeramente. (Foto de la ciudad de Bata, período colonial)
En
el lenguaje colonial, las llamadas aldeas principales en los territorios de
ultramar, son los que hoy conocemos como capitales provinciales (en caso de
Palea, Malabo y Bata). Ahora bien, si Bata es la ciudad histórica de Guinea,
¿cuál es el conspicuo papel ejercido por dicha ciudad para merecer semejante atributo?
Se supone que los títulos son adquiridos o designados por el ejercicio de una
proeza, experiencia o la trayectoria en una determinada disciplina, sin
embargo, los propaladores de este infundado proselitismo político-histórico, nunca
explican por qué tal distinción a nuestra ciudad continental. Del mismo modo, la
misma ciudad es atribuida el epíteto de “ciudad económica”, aunque no somos
entendidos en la materia, tampoco encontramos razón; no sabemos qué industrias se
halla en dicha ciudad para merecer tal renombre.
No
pretendemos decir que Bata, no merece llevar algún sello, pero presumimos que
el de “histórico” es una desmesurada ponderación, que los mismos que distinguen
a esta ciudad como tal o tales, no disponen de sólidos fundamentos para certificar
tal o tales atribuciones.
Ciudad de Santa Isabel (Malabo)
Ciudad de Santa Isabel (Malabo)
Conceder
honores a un determinado territorio sin antes considerar la historia del mismo,
es un error o más, un empacho. Se otorga distinciones a un lugar, por un hecho heroico
que se desarrolló en dicho espacio, por su primitividad;
nombre de uno de los hijos de dicho territorio, que haya realizado una proeza
en pro de su localidad y de su gente; por una realidad natural que lo
simboliza, etc. No debemos ser antojadizos con la historia, plasmarla a nuestro
parecer. La imparcialidad debe primarse cuando se perpetúa la historia, quiero
decir, debemos aceptar la veracidad de los hechos, aunque no nos parezca o nos
duela como sea.
Aunque
la gestión política y económica en nuestra sociedad está condensada en la
capital del país, no puede ser motivo suficiente para pelotear la historia.
Francamente,
estimaríamos que los títulos a las ciudades merecen, pero deberíase colocar las
fichas en sus respectivas casillas, sin dejar de ser honestos con la historia, simplemente
porque la historia habla por sí sola.
Ciudad antigua de Palea (isla de Annobón)
La única ciudad de Guinea Ecuatorial que puede atribuirse el título de histórica por su antigüedad es sin duda, Palea, capital de la isla de Annobón, por ser la primera ciudad guineoecuatoriana fundada y conocida en documentos como tal. Teniendo en cuenta que en 1914 apenas Bata era una ciudad, sino una minúscula aldea: “Bata, principal localidad del territorio, no era más que una pequeña aldea con una decena de casas para los europeos, dos edificios oficiales (el subgobierno y el cuartel) y medio centenar de cabañas para los guineanos”[1]. Si Malabo o Cabo San Juan que fueron fundadas años antes que la ciudad de Bata no pueden atribuirse tal galardón, cuánto más Bata. La ignorancia de los hijos de este país de su propia historia, es un problema que la política debe prestar mayor atención; conocemos más historias y literaturas de Europa y América que las africanas y las nuestras en particular.
Nánãy-Menemôl
Lêdjam
[1] Nerín
Gustau, Un Guardia Civil en la selva.
Versión española Págs. 16-17.
Internet, Google.com/cuidad de Bata.
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