FERIA DEL LIBRO EN LA UNGE, 25-27 DE ABRIL 2012
Desde hace cuatro años (si no me fallan los cálculos), se viene celebrando la Feria de Libro en esta ciudad capitalina de Guinea Ecuatorial. Pero la del pasado año y de este, ambas celebradas en la UNGE, ponen en tela de juicio que en nuestra sociedad, el tema de la cultura literaria es un asunto que las autoridades y hombres de negocios dispensan consideración cero.
Si la del pasado año los amantes de la literatura echaron de menos mil cosas, este año, creo que los que acudan a la actual y paupérrima Feria del Libro, saldrían totalmente decepcionados/as.
Una buena es la propaganda que hace el Centro Cultural para la celebridad de este acto que en otras latitudes es motivo de fiesta, sin embargo, en Malabo, no es más que asistir al sepelio del Libro. Alguien dirá, de qué pretende decir este infeliz.
Resulta que ayer, según el programa elaborado por la UNGE, como la anfitriona, me tocaba presentar el libro titulado EL LEGADO DE LOS JESUITAS EN GUINEA, de Miquel Vilaró i Güell. En el programa, la presentación del libro debió tener lugar las 16:00-17:00h., pero cuál no sería mi sorpresa. Llego a la UNGE a las 15:50h., y no había ningún responsable (organizadores de la feria del libro). Tras visitar (estaba en compañía de Francisco Ballovera) las cinco meses donde cada institución coorganizadora han expuesto sus libros para la venta, y cansado de esperar, me hice con una silla que encontré en uno de los pasillos de la máxima institución educativa de nuestro país. Transcurrido no sé cuantos minutos, me llamó don Carlos Nvo, Monitor Cultural de Centro Cultural de Malabo, y me dice: “Chico, Nánãy, vamos para que presentes el libro de una vez”, y para su desgracia, tuve la osadía de preguntarle si ya habían llegado los responsables, algo decepcionado responde “ninguno está”.
Sobre la mesa en que tenía que depositar mi discurso y el libro que iba a presentar, había tres estudiantes sentados sobre ella y divirtiendo con los micrófonos; entonces Carlos, con una sonrisa agridulce, tuvo que solicitarles que nos dejaran libre la mesa.
Siendo ya las 16:50, como es costumbre en estos actos, mi acompañante, Carlos Nvo, dirigiendo a los alrededor de diez estudiante que allí estaban, para decirles en muy pocas palabras (parecía más decepcionado que yo) buenas tardes y otras bla, bla, bla… pues damos paso al orador que nos presente el libro. Tomo el micrófono y con mucha cautela tuve que ir saltando de párrafo en párrafo para presentar el libro. Estaba totalmente no sé si confundido o decepcionado, los organizadores de la Feria del Libro de este año, me habían arrojado un bidón de agua casi helada. Durante la exposición, amén de los diez estudiantes, se sumaron otras tres personas más, y uno de los tres es el Director de Centro Cultural Español de Malabo, don Carlos Contreras, que ha sido el único responsable de las instituciones coorganizadora de la feria que asistió al acto.
Después de la presentación, me levanté y me fui a casa. Pero durante la trayectoria, me iba a pie, meditaba qué significa la Feria del Libro para las autoridades de la UNGE y de las otras instituciones que participaban dicha feria.
Cuando no se quiere hacer algo, más vale no hacerlo; si por la soberbia se lanza en hacer cosas porque otros lo están haciendo y lo hace bien, y nos lanzamos para que también seamos vistos, siempre estaremos haciendo ridículos como es el caso que nos ocupan. No vale la pena seguir celebrando la Feria del Libro en la UNGE o en Malabo, porque estas dos últimas ferias no han sido más que vergüenzas. Primero las instituciones que participan carecen de libros, la única institución que alcanzaría un suspenso máximo, respecto a la venta de libros es el Centro Cultural, por ser la que aporta algo de libro, todas las instituciones, hasta la misma UNGE no tienen nada de libros, y no entiendo el porqué siguen empeñando en organizar esta cosa que llaman “Feria del Libro”. Sólo para que salgan noticias y que se les vean en la TVGE. Con sus tristes propagandas. ¿De qué sirve que sus imágenes en televisión si no cumplen con sus cometidos?
Otra cosa que cada vez que me acuerdo de ello me entristece el alma es que después de mi exposición una joven de nombre Felicidad, se acerco a mí para de felicitarme, le pregunté qué hacía allí, cuál no sería mi sorpresa, cuando me dijo, “Me venido a tomar unas clases de Historia, pero nuestro profe vino, pero no sé por dónde se ha metido, los compañeros dicen que se ha escapado”
¿Escapado? Por qué.
No lo sé.
¿Por qué un profesor se escapa para no dictar las clases a pesar de que los estudiantes le estaban esperando, será porque estaba yo presentando un libro sobre historia?
No quiero pensar en esto, pero en qué debo pensar.
Por tanto, solicito a la UNGE y sus amigotes que andan coorganizando la feria del libro, que mediten bien de lo están haciendo. Los membretes de las instituciones que en los papales se pegan en las paredes y en los postes de las calles, no son los que trabajan, sino los seres humanos, y si no quieren desempeñar sus papeles correctamente, es fácil dejar de hacer majaderías
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