Quién fue Págalu
Cuando llegan los
claretianos a Annobón el 19 de agosto de 1885, la gran obsesión de aquellos
colonos disfrazados bajo sotanas, era
erradicar todo vestigio cultural e histórico de los isleños, muestra de ello,
están las apresuradas quemas de las iglesias dirigidas por los annoboneses. No
vamos a dilatarnos en el caso, ya abordamos este tema en otro trabajo, pueden leer
Qué hay del arte annobonés (consulten
a google), nos interesa aquí tratar sobre la vida de nuestro prominente profeta.
El manejo del
sustantivo profeta, no debe causarnos confusión; el término profeta se designa también para referir a
alguien que predice acontecimientos venideros, generalmente cuando lo hace
interpretando señales o basándose en una revelación sobrenatural.
Observando la historia
de Annobón, partiendo desde la llegada de los españoles a la isla, siempre han
tachado de vil todo lo relativo a la isla de Annobón; todo ello, por la muerte
de Nosopai (Conde de Argelejo). Para justificar nuestra apreciación tomamos
como ejemplo, el caso que nos ocupa.
Tras informarse los ministros
de la Religión Oficial del Estado Español, del ilustre annobonés, desairaron su
legitimidad y lo llamaron “un loco famoso
espiritista”, simplemente por ser un negro y no un occidental. Sin embargo,
debemos con toda firmeza y a voz pelada, afirmar que todas las predicciones de
nuestro hombre que el pueblo guarda en su memoria y los ha recogido el primer
escritor annobonés Maplal Loboch, en su opúsculo pero rico libro, Noticias de Annobón, todas han cumplido
y siguen cumpliéndose.
El iluminado annobonés,
no fue un loco ni mucho menos un brujo, como han querido demostrar los
claretianos, sino un prodigioso profeta; por consiguiente, no nos entusiasmaría
concluir este tratado sin antes pronunciar algunos de los vaticinios de nuestro
personaje. Por lo que plasmamos aquí algunos de ellos.
Primero,
predijo la llegada de los españoles a Annobón y el genocidio que éstos cometerían
en la isla. Dijo él: “Maté fölo, maté
föl, pá mé bê. Lá xigayé zá, zugã naví ská ndã xigá fó omé lagu jabí pá bí jabá
kú tela. Sangi, sangi sé sá jé jôlê
libadalá tela nó” (matadme, matadme, no quiero ser testigo. Ya está
próximo, se avecinan unos barcos desde mar lejano, vienen a nuestra tierra (isla)
a exterminarnos. Sangre, sólo sangre correrá sobre la faz de nuestra tierra). Esta
predicción cumplió al pie de la letra. En ella se refería a la contienda
hispano-annobonesa en la que España perdió a su emblemático, Brigadier de los Reales Ejércitos y teniente Coronel del Regimiento de
Sevilla, Don Felipe Santos Toro, el VII Conde de Argelejo, en el año 1778. A
pesar de la victoria de los insulanos, se recuerda este episodio como la
segunda página más negra de la historia de Annobón tras los violentos intentos
de los holandeses por hacerse con la isla a finales del siglo XVI. La atrocidad
cometida por la expedición española en la isla ha sido calificada como una
hecatombe.
Segundo, también predijo nuestro visionario: “Matadme, que no vea, hijos, ya
están aquí, dicen que vienen en nombre de Dios, pero vienen a matarnos”. Esta profecía
se refería a la llegada de los claretianos a la isla. Lo predijo años antes del
desembarque de los claretianos a la isla. Dicha profecía no cabe ni mínimo
ápice de duda. El arribo de los claretianos a Annobón, no ha sido más que un
calvario para el pueblo. Son más las noticias drásticas que nos han llegado que
las que se puede ovacionar. Pruebas, las hay muchas; una de ellas son los
nombres y apellidos españoles que nos han impuesto, expeliendo sin reparo
nuestros nombres y apellidos, esto se llama genocidio cultural.
Tercero, Págalu predijo: “Niñas pequeñas
que estén dentro de huevo concebirán y darán a luz” esta profecía sigue
cumpliéndose. Hace referencia a la pronta gestación y reproducción de las
adolescentes, en su época, era inimaginable que una niña de 13 a 18 se quede
fecundada. Recordar que estamos hablando de un señor que vivió entre los Ss.
XVIII y XIX; entonces, en Annobón, un joven de 18 a 20 años era considerado un
crio que no podía independizarse de sus progenitores, por tanto, tener hijo a
esa edad, era considerado depravante y desgracia para la familia.
Cuarto, predijo en su día que: “Cuando
veáis que el progreso se avecina a nuestra tierra (Annobón), sabed que es el
fin del mundo”. Este fin, se entiende, no sólo como punto final de la
existencia humana o el segundo retorno del Hijo de Dios, también es
interpretado como la destrucción de la estructura del la isla, la
desmoralización de los propios annoboneses, por falta de amor entre los
isleños.
Quinto, previó también que: “Muchos jóvenes
y adolescentes serán dueños y dueñas de sus propias llaves”. Esta profecía está
cumpliéndose al pie de la letra. Quiere decir que jóvenes de corta edad que
deberían estar viviendo bajo techo de sus padres, se independizarán
prematuramente y tendrán sus propias casas. Otro aspecto impensable en su
época.
Sexto, otro de sus pronunciamientos fue:
“Con el tiempo, muchos de los que emigrarán, no regresarán y se quedarán al
otro lado del mar”. Se está cumpliendo también; muchos son los annoboneses que
emigran a otras latitudes del mundo, y no vuelven más a la isla
No podemos recoger todas sus
predicciones aquí, llenaríamos más de una página, por consiguiente, pasamos a otro
aspecto de la vida de nuestro personaje.
El proverbio que reza, “nadie es
profeta en su tierra”, ha encajado por completo en la vida de nuestro escogido.
El verdadero nombre de nuestro hombre es Ngusalu Maná Bizga, se apodó Págalu
cuando empezó a ser iluminado: Pá (papá o señor) Galu (gallo), o sea, señor gallo
o señor cantamañanas.
Nuestro elegido tuvo una muerte que
consideramos noble, sin sufrimiento alguno; él sabía el día y la hora en que se
iba a despedirse de esta vida, se lo contó a su familia unas semanas antes del
momento y así se cumplió sin experimentar enfermedad ni accidente alguno,
bueno, este asunto ya tratamos en otro artículo, pueden examinarlo en el libro Cultura Oral, Ceiba ediciones, Barcelona
(2012).
Nánãy-Menemôl
Lêdjam
Informantes: Másantu Kôkôlôk, Mensá-Táfina, Kinito (máxima autoridad espiritual de Annobón en la actualidad y varios informantes del pueblo
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